Espiral Creativo?

Welcome to the Jungle! bienvenido a mi blog, donde encontrarás información versátil sobre lo que sucede en mi mundo, en Caracas - Venezuela, moda, música, chistes, comidas, restaurantes, publicidad, cine y pare usted de contar... todo por supuesto, desde mi punto de vista! Como te quedo el ojo?: Vizco!

9.8.13

Una Agenda Particular

Hola de nuevo, hoy escribiré sobre una agenda que tiene una larga historia, se trata de la agenda Pascualina, todos conocen a la protagonista, que empezó siendo una brujita y ahora es una chica con problemas existenciales y amores imposibles, hace una año me regalaron la agenda editada en 1991, (la segunda agenda que salió), y es tan diferente a las actuales, los dibujitos son tiernos, hechos a mano, Pascualina es gordita e inocente, ahora es una mujer a la moda, un poco triste pero con disposición para ser feliz.

Lo cierto del caso es que yo hace tiempo, solía escribir un diario anual, casualmente de la misma Pascualina, allí dejé plasmados todos mis recuerdos de la adolescencia, y recuerdo lo detallista que era con las calcomanías, diariamente escribía mis aventuras, pero una vez que crecí, sentí que ya era una tontería y dejé de hacerlo.

Recuerdo que la agenda tenía un código secreto para escribir cosas que no quisieras que leyeran los demás si de casualidad te agarraban tu agenda. Yo me acuerdo que todo lo escribía con ese código, y mi agenda ya parecía un libro escrito en libanés, puros jeroglíficos locos que sólo yo entendía, le pegaba calcomanías y escribía con todos los bolígrafos de colores, realmente amaba escribir tonterías en esas agendas, y tanto era mi pasión que contagié a mi mejor amiga del colegio, y las dos teníamos las agendas y cada una con su código secreto. 


Ahora simplemente para sentirme más profesional, utilizo la agenda ejecutiva de Pascualina, toda moderna, toda fashion, es sencilla, pero tiene lo esencial, igual viene con full color y sus calcomanías como para no olvidar pegarlas cada día. Allí tengo toda mi información organizada y como es pequeña la puedo llevar en la cartera cómodamente. Definitivamente creo que seré una chica Pascualina forever, o al menos mientras siga teniendo cosas que escribir y planificar.

Creps, creps y más creps!


Hace poco fui a un restaurantcito que queda en la terraza del C.C. Sambil, se trata de Waoo Crépe Bar, allí disfruté de un muy rico crepé de champiñones con pollo, estaba muy bueno. Recomiendo los batidos y los waflles de postre, pedí uno de nutella muy rico. Me gustó el local, es muy apropiado para una tarde con tu pareja o para sentarse a charlar con tu mejor amiga. Lo que no me gustó fue definitivamente la atención, pues los precios son medio altos y se espera que por lo menos te lleven la comida a la mesa, pero no, ellos pegan un grito con tu número asignado tipo pizzería carmelo, entonces te paras a buscar tus ricas comidas y no hay bandejas (obvio no es una feria, es un restaurant) así que debes  hacer tus 2 viajecitos de ida y vuelta a la mesa. Eso fue lo negativo, la atención al cliente. De resto la comida excelente, repetiría nuevamente para probar otro de los waffles del menú!.



Otro de los restaurantes de crepés que me ha gustado mucho es Crepes & Waffles, este local también queda en el Sambil, cerca del cine, tienen un menú bastante variado que va desde el rico pan relleno con crema de champiñones y camarones, hasta unos waffles con helado que son mundiales. Fui 3 veces y todas me gustaron, menos una vez que me la quise dar de exquisita y pedí un plato vegetariano, grave error, el plato que pedí era pan pita con tomates y queso ricotta, nada rico debo decir, en ese momento me dolió la cartera porque el plato no era muy económico que digamos. Pero en conclusión es un lugar muy chévere para ir entre amigos, comerse unos postres y salir directo al cine que queda justo al lado. Recomiendo los waffles con helados y el pan relleno, hay gran variedad de rellenos como pollo, camarones y... carne, en realidad tampoco es que me aprendí el menú, pero si habían varios rellenos. Yo probé el de pollo y el de camarones, ¡divinos!